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DOMINGO 23º DEL TIEMPO ORDINARIO /B

DOMINGO 23º DEL TIEMPO ORDINARIO /B

10/09/2006

Monición inicial

Hermanos, proclamamos sin cesar la salvación de Dios, pero tal vez no sepamos en qué consiste tal salvación, ni a qué nos compromete, ni en qué nos satisface... Tendremos que abrir nuestros oídos y nuestra lengua para llegar a calar en este miste­rio; podremos hacerlo de la mano de la liturgia de hoy. Dispongámonos a ello con ilusión y esperanza:

Canto de entrada

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Rito penitencial

- Tú que puedes abrir nuestros oídos y nuestra lengua, Señor, ten piedad.

- Tú que nos introduces en las mieles de la salvación, Cristo, ten piedad.

- Tú que haces que el anuncio del reino nos sea imprescindi­ble, Señor, ten piedad.

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Monición a la Primera Lectura (Is 35,4-7a)

Dios no puede fallar en sus promesas y en su anuncio; pero tiene sus propias vías de cumplimiento. Tratemos de descubrirlas en esta lectura, de la mano del profeta.

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Lectura del libro del profeta Isaías

Decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará.Porque han brotado aguas en el desierto,torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.

(Palabra de Dios)

Monición al Salmo responsorial (Sal 145)

El creyente le atribuye a Dios toda superación de situación difi­cultosa. En este salmo se canta esa acción de Dios. Unámonos a la oración y aclamación del salmista.

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R. Alaba, alma mía, al Señor.

Alaba, alma mía, al Señor:

que mantiene su fidelidad perpetuamente,

que hace justicia a los oprimidos,

que da pan a los hambrientos. R/.

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El Señor liberta a los cautivos,

el Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos,

el Señor guarda a los peregrinos. R/.

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El Señor sustenta al huérfano y a la viuda,

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

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Monición a la Segunda Lectura St 2,1-5

Si reconocemos nuestra semejanza e igualdad ante Dios, ten­dremos que luchar por superar las diferencias existentes. Para ello nada mejor que comprender nuestra hermandad. Escuche­mos.

Lectura de la carta del apóstol Santiago

Hermanos: No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: - Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado. Al otro, en cambio: - Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo. Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino, que prometió a los que le aman?

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Monición al evangelio (Mc 7,31-37)

Dios no nos enmudece; al contrario: nos hace oír y suelta nuestra lengua para que podamos bendecir y alabar. Son las mani­festaciones del Reino de Dios. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: - «Effetá», esto es: «Ábrete». Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: - Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

(Palabra del Señor)

Preces († Presidente; - Monitor)

† Dios alegra nuestro corazón y nuestras vidas; elevémosle una sentida plegaria:

- Por la Iglesia: para que se convierta en oído y lengua de los pe­queños y explotados, y les alcancen la necesaria ayuda para su desarrollo, roguemos al Señor.

- Por todas las familias de nuestro entorno: para que en ellas pueda oírse la palabra de Dios, y sean lugares donde se ben­dice a Dios, roguemos al Señor.

- Por nuestros niños y jóvenes: para que sean de lengua limpia, y vuelvan sus oídos al evangelio, roguemos al Señor.

- Por los sacerdotes y todos los cristianos de nuestra diócesis: para que el servicio a la Iglesia lo asuman como un servicio hecho al mismo Dios, roguemos al Señor.

- Por las naciones que las están pasando moradas, por los ancia­nos, enfermos y marginados...: para que se manifiesten abiertos a la salvación de Dios, roguemos al Señor.

- Por todos nosotros: para que el servicio al reino lo considere­mos por encima de nuestros intereses particulares, rogue­mos al Señor.

† Padre Dios, que anunciemos sin cesar el reino que tú nos manifiestas en tu Hijo Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos.

- Amén.

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Canto de comunión

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Monición de despedida

Cada cual lleva la impronta propia que le distingue de los de­más; pero no tenemos por qué agrandar diferencias, sino com­partir nuestras diferencias para enriquecernos mutuamente. Y cada cual tiene su sitio y su misión en las tareas del reino, como ya lo hemos oído en la liturgia de hoy. Hagámosle sitio a Jesús y a su palabra en nuestra vida para entenderlo y encarnarlo, y sea nuestra vida una alabanza incesante.

21º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO —B—

 

DOMINGO XXI. DEL TIEMPO ORDINARIO

Monición inicial

Hermanos: la mayoría de nosotros vivimos nuestra fe rutinaria­mente y como algo que nos lo han dejado, pero sin haber nosotros optado por ella... Algo habrá, si venimos a misa, no? -decimos. Pero, ¿qué es ese algo? La liturgia de hoy puede ayudarnos a clari­ficar nuestra postura, y descubrirnos lo importante de una opción de fe. Y es que Jesús, que es criticado por sus propios discípulos, se va a plantar ante ellos... ¡Vamos a vivirlo!

Canto: .

Rito penitencial

Hermanos: acudamos con humildad a la misericordia de Dios a dejar bajo ella nuestra pequeñez, miseria y pecado...

- Tú que necesitas discípulos fieles: Señor, ten piedad.

- Tú que dejas a nuestra libertad el que optemos: Cristo, ten piedad.

- Tú que no abandonas a tu discípulo: Señor, ten piedad.

Monición a la Primera Lectura

He aquí uno de los momentos más dolorosos de la vida del hombre: tener que optar. Porque la opción limita la libertad; pero ¡atención!, la pone en ejercicio. ¿Es nuestra fe una fe de opción?

Monición al Salmo responsorial

¿Poseemos experiencias agradables de contacto con Dios? De­masiadas veces lo consideramos un estorbo... Unámonos a la ora­ción del salmista, y hagámosla nuestra.

Monición a la Segunda Lectura

¿Desde qué punto de vista contemplamos a la familia? El apóstol nos dará su visión; ¿la entenderemos, o la rechazaremos por machista? La suya es una visión basada en el evangelio...

Monición al evangelio Jesús no se rodea de cualquiera que quiera seguirle; él quiere a quienes han tomado la decisión de seguirle. ¿Habremos hecho no­sotros una opción de fe, o le seguiremos sin saber lo que hacemos, por costumbre...?

Preces († Presidente; - Monitor)

† Elevemos nuestras preces al Padre Dios con toda confianza:

- Por la Iglesia: Para que ayude a cualquier hombre a tomar las de­cisiones que se le presenten en su vida, roguemos al Señor.

- Por las autoridades de las naciones: para que en sus decisiones fa­vorezcan a los más débiles, roguemos al Señor.

- Por los pueblos que sufren la guerra, la explotación o la margina­ción: para que logren la solidaridad y la ayuda que necesiten, roguemos al Señor.

- Por las familias que están en situación incómoda: para que pro­fundicen en la vida de amor, y ambienten su hogar en la ora­ción y el diálogo y el respeto, roguemos al Señor.

- Por quienes nos encontramos aquí: para que podamos encaminar nuestra fe hacia la madurez, y demos frutos de vocación, ro­guemos al Señor.

† Dios y Padre nuestro, acoge nuestra plegaria, y fortalece nuestra fe en tu Hijo Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

URTEAN ZEHARREKO XXI. DOMEKEA —B—

 

URTEAN ZEHARREKO XXI. IGANDEA 

Sarrera oharra

    Senideok: gehienok ohituraz bizi dogu gure sinismena; edo txar­ra­go oraindik, ohikerian. Uste dogu ezin leitekela zalantzatan jarri gure sinismena mezara gatozenetik: "mezara bagatoz, zeozergaitik izango da, ezta?" esaten dogu. Eta egia, zeozergatiik da! Baina si­nistun gare­lako? Kristo Jesusengan sinisten dogulako? Gaurko liturgiak argituko deusku hau, adi ta gogoz ospatzen badogu. Kontu­tan izan: Jesusen ikasleek ere ahotan erabilen Jesus; kritikatu egiten eben... Jarri daigun, ba, gure sinismena bere esku, berak garbitu ta zindotu daian... 

Kantua: Zein gozo ta eder dan anaiok alkartu... 

Damu-otoitza

    Senideok: apaltasunez hurreratu gaitezan Jainkoaren errukitasu­nera, gure txikikeria ta pekatua bere errukipean jartera...

- Jesus Jauna: jarraitzaile zintzoak behar dituzuna, erruki, Jauna!

- Jesus Jauna: aukerak geure esku izten deuskuzuzana, Kristo, erruki!

- Jesus Jauna: ikaslearekin bat egiten zareana, erruki, Jauna! 

Lehenengo irakurgaiaren oharra

    Hona hemen gizakiaren bizitzako une latzenetariko bat: aukeratu beharra dago! Eta aukereak bizitzea mugatu egiten dau..., baina bidera­tu ere bai. Zelan bizi izan nahi dogu gure sinismena? 

Salmu-kantearen oharra

    Ba ete dogu guk Jainkoagazko hartu-emonen gozotasunik? Sar­riegi­tan Jainkoa oztopo lez aurkitzen dogu gure bizitzan, enbarazu lez. Geure berba egin daiguzan salmugilearenak, otoitz-giroan... 

Bigarren irakurgaiaren oharra

    Nondik begiratzen deutso­gu gure etxeko giroari? Hona hemen sinismenetiko ikuspegia. Ebanje­lioan oinarrituak begiratzen deutso holan ezkontza-bizitzea­ri... 

Ebanjelioaren oharra

    Jesusek ez dau bere inguruan edonor ta edozelan hartzen; Jesu­sek ebatzia hartu dabenak nahi dauz bere inguruan. Hartu ete dogu guk  gure sinismen-bizitzea geure askatasun-ardurapean, ala ohitu­razko sinis­kerea bizi dogu? 

Eskariak  († Abadeak;  - Ohargileak)   

Usterik onenaz zuzendu deioguzan gure eskariak Jainko Aita­ri:

- Elizearen alde: Lekuan lekuko gizakiari, bere bizitzan hartu behar dauzan ebatziak hartzen lagundu deion, eskatu deiogun Jauna­ri.

- Herri-agintarien alde: hartzen dabezan ebatziak beti izan daitezan ahu­lenen edo epelenen aldekoak, eskatu deiogun Jaunari.

- Gerrea, gorrotoa edo arrapakinkeria sufritzen dagozen herrialdeen al­de: errukia ta laguntasuna eskuratu daien, eskatu deiogun Jau­nari.

- Egoera larrian aurkitzen diren sendien alde: maitasun-bizitzea eta si­nismen ta alkarrizketa-giroa sakondu daiezan, eskatu deiogun Jaunari.

- Hemen aurkitzen garenon alde: gure sinismena heldutasun bidean ja­rri ahal izan daigun, eta bokazino-fruituak emon daiguzan, eskatu deiogun Jaunari.

     † Jainko Aita ahalguztiduna: onartu eizuz gure eskariok, eta in­dartu ta sendotu eizu zure Semeaganako dogun sinismena, berak behar ditun jarraitzaile zintzoak izan gaitezan, Jesukristo gure Jaun berberaren bi­tartez.

Amen. 

 

Urtean Zeharreko XX. domekea —B—

 

URTEAN ZEHARREKO XX. IGANDEA /B

Sarrera-oharra (Ohargileak)

Senideok: ahoa zabalik entzuten deutsegu apainduriaz eta ezti­keriaz datozenei, eta, behar bada, jaramonik ere ez deutsegu egi­ten zentzunez eta sakontasunez datozenei. Jesus ez jatorku eztike­rietan ez eta apainkerietan ere; Jainkoaren aurrean zelango edertasu­na dogun esatera baino, eta harek gugandik zer itxaroten dauan azaltzera. Ospatu daigun.

Sarrera abestia

Zein gozo ta eder dan anaiok alkartu
eta danok batera Jainkoa goratu.

Zabal gogoak Jaunaren hitza entzuteko;
haren nahia jakinik zuzen ibilteko.

 

Damu-Otoitza (Abadeak)

Senideok: apaltasunez autortu daigun Jainkoaren aurrean be­reak ez diren beste jakituria ta jaki batzuk doguzela nahiago:

- Jainkoak gizakiei eskeintzen deutsen jakituria zara­na, erruki, Jauna!
- Jesus Jauna: Bizitza barri baten sartzen gaituzuna: Kristo, erruki!

- Jesus Jauna: Gu bizi izan gaitezan zeure burua ogi bihurtzen dozuna: Erruki, Jauna!

 

Lehenengo Irakurgaiaren Sarrera-Oharra (Ohargileak)

Ez dogu atsegin buru-bako deitu deiguen. Baina beste zer ete gara Jainkoaren jakituria bertan behera izten badogu? Ez ete litza­teke, ba, hobe, gure ezjakinak alde batera iztea, benetan bizi izan ahal izateko?

 

Salmu-kantearen Sarrera-Oharra (Ohargileak)

Jainko-jakituria ta gozotasunaren barri izan dauanak ez dau beretzat gordeten alkarbanatzen baino. Salmugileak dei egiten deusku guzti hori dastatzera.

(Doinua)

 

Bigarren Irakurgaiaren Sarrera-Oharra (Ohargileak)

Ez dozue uste lar arin eroaten gaituela gaurko propagandeak eta eztikeriek? Ba dakigu jakin zelan menperatzen gaituen telebis­tak eta komunikabideek; eta zein gitxi mugitzen gaituan ebanje­lioak. Begira, ba, zer dinoskun Paulok. 

 

Ebanjelioaren Sarrera-Oharra (Ohargileak)

Jesus, bere aldietan, hainbatentzako zan jauspide (edo eskan­dalu). Eta gu, beragandik urrunegi ez ete gagoz? Ba ete dakigu zer dan Jesusen jarraitzaile izatea? Arretaz entzun daigun gaurko ebanjelio txatal hau, harrerea zutunik eta Aleluia abestuz eginik. 

 

Herri-Otoitza († Abadeak; - Ohargileak)

† Zintzotasunez jo daigun janaritu nahi gaituen Jainkoagana, eta eskatu:

- Elizaren alde: munduan egoerarik gorrienean aurkitzen direnen azaleko ta sakoneko janari izan daiten, eskatu deiogun Jau­nari.

- Guduan dagozen herrialdeetako errefuxiatu eta ume guztien alde: herrialde garatuen al­karkidetasuna biztu daien, eskatu deiogun Jau­nari.

- Jainko-jakituriari entzun gor eginez euren bizia hustu eta zent­zunbakotu dabenen alde: giza-sakontasunean murgildu dai­tezan, eskatu deiogun Jau­nari.

- Bizitzeari zentzunik aurkitzen ez deutsoenen alde: izan daien Jesu­sen barri eta honen eginkizunarena, besteen zerbitzuan jarri daitezan, eskatu deiogun Jau­nari.

- Gu guztion alde: propagandeak atzipetu ez gaizan, ez kontsumo­keriak eta erosokeriak...: , eskatu deiogun Jau­nari.

† Jainko Aita: emoiguzu zeure janari ta jakituria gure gizarte hau gi­zakoiagoa ta anaikorragoa egin ahal izan daigun. Jesukristo gure Jaunaren bitartez.

 

Jaunartzean

Zugaz bizi nahi dot / Jesus ona
zuk berotu daizun / nire bihotza.

Ilun nago beti / zugaz izan ezik:

ez dot gura beste / maitetasunik.


Nire bihotzera / heldu zaitezbiok
alkarrekin / bizi gaitezen.
Bete naizu beti / zure gorputzakin

atsegindu naizu / zure odolakin.

Oharrak

 

 

DOMINGO XX. DEL T. ORDINARIO

Monición inicial (Monitor)

Hermanos: ¡cuánto caso les hacemos a los que se revisten de palabrería, de trucos o de signos ininteligibles! ¡Qué poca atención les prestamos, por el contrario, a los sensatos que no pronuncian una palabra más alta que la otra, o a los que hablan de lo hondo! Jesús no viene a deslumbrarnos, sino a decirnos lo grande que somos ante Dios y lo que él espera de nosotros. ¡Celebrémoslo!

 

Acto penitencial (Presidente)

† Hermanos: Reconozcamos ante Dios, y en humildad, que ape­nas nos llama la atención su sabiduría y que preferimos otros saberes y otras fuentes y alimentos:

- Tú que eres la sabiduría divina que se regala al hombre: Señor, ten piedad.
- Tú que nos introduces en una nueva forma de vida: Cristo, ten piedad.
- Tú que te dejas comer para que vivamos la vida de Dios: Señor, ten piedad

 

Monición a la Primera Lectura (Monitor)

¡A que no nos gusta que nos llamen insensatos! Y ¿qué otra cosa somos si no sabemos apreciar la sabiduría de Dios? ¿No sería mejor dejar la inexperiencia para vivir de verdad? ¡Meditemos al escuchar esta Lectura!

 

Monición al salmo responsorial (Monitor)

Quien ha gustado de la sabiduría y de la riqueza divinas nos in­vita a probarlas, a gustar de ellas, a apropiarnos de ellas y a com­partirlas... Aceptemos la invitación del salmista, e instruyámonos en la sabiduría divina...

(Melodía)

 

Monición a la segunda lectura (Monitor)

¿No os parece que nos dejamos fácilmente guiar por la propa­ganda de nuestros días? Estamos convencidos de que en nosotros influyen más poderosamente la televisión y la prensa y la moda que el evangelio. Pues, si así es, escuchemos las palabras del Apóstol.

 

Monición al Evangelio (Monitor)

En sus tiempos muchos se escandalizaron de Jesús. Nosotros, ¿no será que pasamos de él? ¿No será que no nos damos cuenta de lo que implica ser verdadero seguidor de Jesús? Escuchemos atentos este pasaje del evangelio de Juan, acogiéndolo con el Aleluya, en pie.

 

P R E C E S († Presidente; - Monitor)

† Acudamos con sinceridad al Dios que quiere alimentarnos, y pidamos:

- Por la Iglesia: para que vele por el alimento tanto espiritual como material de las personas que más sufren en el mundo, ro­guemos al Señor.

- Por los refugiados y los niños de los países en guerra: para que despierten la solidaridad de las naciones desarrolladas, roguemos al Se­ñor.

- Por tantos y tantos que malgastan su vida desoyendo la voz de la Sabiduría de Dios y dedicándose a los afanes deshumaniza­dores, roguemos al Señor.

- Por todos los que no le encuentran sentido a su vida, o han perdido la ilusión de vivir: para que tengan noticia de Jesús, de su proyecto y puedan dedicarse a los demás, roguemos al Señor.

- Por todos nosotros: para que no nos dejemos engañar por la propaganda, la comodidad o las ansias de consumir, de aparentar o de derrochar, roguemos al Señor.

† Dios, Padre de todos los hombres: infúndenos tu sabiduría y danos de tu pan para que vayamos construyendo un mundo más fraterno y humano. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

Canto de Comunión

Cerca de ti, Señor, / quiero morar,
tu grande y tierno amor / quiero gozar.

Llena mi pobre ser / limpia mi corazón,

hazme tu rostro ver / en la alflicción.

Pasos inciertos doy / y el sol se va,
mas si contigo estoy / no temo ya.

Himnos de gratitud / ferviente cantaré

y fiel a ti, Jesús, / siempre seré.

ANDRA MARIAREN ZERURATZEA

ANDRA MARIAREN ZERURATZEA

(Agorrilak 15)


SARRERAKO OHARKIZUNA
    Maria, emakume sinistuna, Jainkoaren zerbitzura bizi izan zana, zeruetako ospe gorenean aintzaltzen dau gaur Eliza osoak. Eta itxaropenean: Jainkoak bere alaba apalagan egina, geugan ere, bere seme-alaba pekatari guztiokan egingo dauala sinisten dogulako. Esker onean eta itxaropenean bizi izateko zelango deia dogun gaurko jaia! Goretsi daigun Maria, eta aintzaldu Jainkoa, esker oneko seme-alaba lez, Eliza osoagaz batean.

Sarrera-abestia:
    "Begoñako Andra Mari Bizkaiko Zaindari
    zure seme maitaleak zugana kantari."

Itsas-gizon sinesdunak
zugan dabe kabi;
artzain gaiso menditarrak
zugan euren begi.
Lurgin eta langileak
zuri otoizlari;
aberatsak ta txiroak zaituela argi.

    Ama maite bihotzeko
    bigun eta garbi:
    Bizkaiko seme-alabak
    hartu ta zain beti."


DAMU-OTOITZA
    Mariak Jainkoagan agertzen eban uste ona agertu daigun Eukaristia honen hasieran, geure buruak, apaltasunez, pekatari autortuz, Jainkoaren seme-alaben pozean sartu ahal izateko.

    —Jesus Jauna: Mariaren erraietan haragi hartu zenduna, erruki, Jauna!

    —Jesus Jauna: Maria zeure ama, geure amatzat emoten deuskuzuna, Kristo, erruki!

    —Jesus Jauna: Maria, emakume sinistuna, geure eredu jarten deuskuzuna, erruki, Jauna!


Apk 11, 19a;12, 1-6a.10
    Elizearen irudi dogu Maria, eta bere zoria ez da arriskurik ezagutu bakoa. Baina arrisku guztien gainetik garaile urtengo dau, eta egun baten, bere edertasun osoan agertuko da. Entzun ta hausnartu daiguzan berbok.


Erantzun-Salmoa:  (44) (doinua)

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        R/. Gure Erregina zure eskoian dago zutik


1Kor 15, 20-26

    Korinton ere, gaur geure artean lez, ba egozan berbizkundearen inguruko kezkak-eta. Kezkok argitzeko bide bat emoten deusku Paulok: ez gaitezan Adani begira jarri, berbiztua dan Kristori begira baino. Entzun.

Lk 1, 39-56
    Gaurko ebanjelio hau Jainkoaren agintzarien beteteari Elizeak egiten deutson abesti ezin ederragoa dogu. Egin deiogun harrera egokia, Aleluia abestuz, zutunik.

    "Aleluia".


JAINKO HERRIAREN OTOITZA

    Gure uste ona errukien Jainkoagan jarrita zuzentzen deutsoguz gure eskariak, zeruratua izan dan Mariaren eskutik:

    —Lur honetan erromes dabilen Jainkoaren Herriaren alde: Jainkoak agintzen deuskun amai bako bizitzan dauen itxaropenaren barri emon ahal izan daian, eskatu deiogun Jaunari.

    —Maria bere zeruratzean zaindari lez daben senitarteen alde: beragan aurkitu daien kristau bizitzarako eredua, eta beti izan daien haren babesa, eskatu deiogun Jaunari.

    —Etsipenean dagozenen alde: bizi izateko adorea ta poza aurkitu daiezan, eskatu deiogun Jaunari.

    —Munduan dagoen txarkeriaren eztenkadak jasan behar dabezenen alde (gorrotoak, gerrak, gogorkeriak, gosetea, e.a.), laster aurkitu daitezan egoera latzotatik aske, eta duintasunezko bizitzan, eskatu deiogun Jaunari.

    —Jai hau ospatzeko alkartu garenon alde: Mariaren garaipena ospatzeak emon deigun itxaropen ziurra eta urkoaganako maitasunean sendo irautea, eskatu deiogun Jaunari.

    Zure Semearen Ama Maria, gorputz-arima aintzaren garaipenera jaso zenduan Jainko Jauna: babestu gaizuz zeure errukian, eta emoiguzuz gainezka betiko bizitzearen agintzariak. Jesukristo gure Jaunaren bitartez.
    —Amen.


Jaunartzean
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    —Gora ta gora daukat bihotza nik kantari,
    gora ta gora, Jaun onari.

    Pozaren pozez gainezka daukat nik gogoa:
    Salbatzaile dot Jaungoikoa.

    Mirabe honen ezereza dau hak ikusi
    ta munduak ni handietsi.

    Aintza Aitari, Semeari
    eta_Espiritu santuari
 

ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

15 DE AGOSTO


MONICIÓN DE ENTRADA
La Iglesia entera ensalza hoy en la Gloria del cielo a la mujer de fe, María, que vivió entregada al Plan de Dios. Y lo hace en la esperanza de que lo obrado por Dios en su hija lo realizará en todos sus hijos pecadores que somos nosotros. La fiesta de hoy constituye, pues, una inmejorable invitación a vivir agradecidos y esperanzados. Ensalcemos a María, y glorifiquemos a Dios, como hijos e hijas agradecidos, juntamente con toda la Iglesia.

Canto de entrada: "Salve, Madre, en la tierra de mis amores..."


RITO PENITENCIAL
Manifestemos, al comienzo de esta Eucaristía, la confianza que mostraba María en Dios, confesándonos pecadores, para gozar plenamente de los gozos de los hijos e hijas de Dios:

—Tú que te encarnaste en el seno virginal de María: Señor, ten piedad.
—Tú que nos entregaste como madre, a la que era madre tuya: Cristo, ten piedad.
—Tú que nos entregas a la "mujer de fe" como modelo de la vida de fe: Señor, ten piedad.

Ap 11, 19a;12, 1-6a.10
María constituye la imagen de la Iglesia, cuya suerte no está exenta de peligros y avatares; de todos ellos sale victoriosa, y un día aparecerá en todo su esplendor. Escuchemos y meditemos estas palabras.

Lectura del libro del Apocalipsis 11,19a; 12,1. 3-6a. 10ab

Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas.
Apareció otra señal en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra.
El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse al niño en cuanto naciera.
Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios.
Se oyó una gran voz en el cielo:
- Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.


Salmo responsorial: (44) "(melodía )"

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Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu Señor.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.


1Co 15, 20-26
Cuestiones sobre la resurrección también existían en Corinto, como existen hoy entre nosotros. Pablo nos da pistas para solventarlas: no nos fijemos en el viejo Adán, sino en el Cristo resucitado. Escuchemos.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15,20-27a

Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.


Lc 1, 39-56
El evangelio de hoy es todo un canto de la Iglesia al cumplimiento (Cristo), con el lenguaje y la promesa del antiguo Israel. Acojámoslo con el canto del Aleluya, puestos en pie.
"Aleluya".

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
- ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
María dijo:
- Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.


ORACIÓN DE LOS FIELES

† Con la esperanza puesta en el Padre de las misericordias, le presentamos nuestras súplicas confiando en la intercesión de María asunta al cielo:

—Por el pueblo de Dios que peregrina en la tierra: para que dé razón de su esperanza en la vida eterna que Dios nos promete. Roguemos al Señor.
—Por las comunidades que honran como patrona a María en su Asunción: para que vean en ella el modelo de vida cristiana, y gocen siempre de su protección. Roguemos al Señor.
—Por los que viven sin esperanza: para que encuentren algo o alguien que les dé motivo para vivir con ilusión. Roguemos al Señor.
—Por los que sufren las consecuencias de los males que hay en el mundo (odios, guerras, violencias, hambre...), para que pronto puedan verse libres de ese drama y felices en la convivencia. Roguemos al Señor.
—Por los que nos reunimos en esta fiesta: para que la celebración del triunfo de María dé seguridad a nuestra esperanza y constancia a nuestro amor al prójimo. Roguemos al Señor.

† Señor Dios, que llevaste al triunfo de la gloria, en cuerpo y alma, a la Virgen María, Madre de tu Hijo: acógenos en tu misericordia y colma todas nuestras aspiraciones con la vida eterna que nos prometes. Por J.n.S.
—Amén.

Canto de Comunión: «Hija de Sión, alégrate porque el Señor está en ti»


AVISOS

 

DOMINGO XIX DEL T. O. -B-

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


Monición inicial

Hermanos, somos hijos de Dios, hijos queridos, y nadie nos podrá quitar esta dignidad: por grandes que sean las dificultades, por mucho que se pisotee a las personas, siempre tenemos que defender la grandeza que Dios pone en cada ser humano. Para caminar y vivir, débiles como somos, el mismo Padre nos Alimenta con su Pan de Vida, con la Eucaristía en que Jesús se da para la Vida del mundo.

Al celebrar hoy la Eucaristía vamos a fijarnos y a tratar de descubrir la grandeza de este Sacramento, pidiendo que nunca hagamos de ella una costumbre, ni un rito vacío de vida, ni un refugio donde encontrarnos bien. Bienvenidos.

Canto de entrada

SALUDO

Dios Padre que nos llama a vivir en el Amor como Cristo Jesús nos amó, con la Fuerza del Espíritu Santo, esté con todos nosotros.

ACTO PENITENCIAL

Al comenzar esta celebración, y sabiendo que hay actitudes y comportamientos que nos separan a unos de otros y también de Dios padre, le pedimos perdón:

- Cuando vivimos con amargura y con ira, descalificando todo lo que hacen los demás. Señor, ten piedad.

- Cuando queremos que nos perdonen, pero no hacemos nada para perdonar a los demás. Cristo, ten piedad.

- Cuando nos seguimos a nosotros mismos, buscando el interés, el poder y el prestigio. Señor, ten piedad.

Oración: Dios del Amor, concédenos tu Gracia y Perdón. Por nuestro Señor.

Gloria a Dios en el cielo...

Oración colecta

Dios Padre que en tu gran Amor nos haces tus hijos queridos, y nos has dado la Fuerza del Espíritu para que vivamos siguiendo a Jesús; ayúdanos a buscar siempre lo que favorece la vida digna de las personas, la verdad y la paz, porque hemos sido creados para formar una Familia donde todos puedan sentirse queridos y respetados. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Con la fuerza de aquel alimento caminó hasta el monte de Dios

LECTURA NARRATIVA

Elías camina hacia el Orbe, huyendo de Jezabel. Se siente solo, perseguido y despreciado; pero mucho más, se siente incapaz de llevar adelante la misión que Dios le ha encomendado, y se desea la muerte, como una escapatoria. Al límite de su ánimo, sin fuerzas, el ángel del Señor le invita a comer para que recobre la esperanza y la fuerza. El camino seguirá siendo superior a sus fuerzas, pero Dios no le abandonará.

Lectura del libro primero de Reyes 19, 4-8.

Elías caminó por el desierto una jornada de camino, y fue a sentarse bajo una retama. Se deseó la muerte y dijo:"Basta ya, Yahveh! Toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres!" Se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come." Miró y vio a su cabecera una torta conocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió segunda vez el ángel de Yahveh, le tocó y le dijo: "Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti." Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches.

Salmo responsorial (Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9.)

R/ Gustad y ved qué bueno es el Señor.


Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza esta siempre en mi boca.
Mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.


Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias.


Contemplado y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.


El ángel del Señor acampa,
en torno a sus fieles y os protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a él.

SEGUNDA LECTURA

Vivid en el amor con Cristo

LECTURA APOSTÓLICA

Somos hijos de Dios y hemos sido marcados con el sello del Espíritu, de modo que nuestra vida tiene que estar en consonancia con esta grandeza: no podemos vivir de cualquier modo, sino tratando de seguir a Jesús, nuestro Maestro. Vivir según el Evangelio apartando todo mal, superando la limitaciones, perdonando y sirviendo. En definitiva:”vivir en el amor como Cristo nos amó”.


Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 4, 30- 5, 2

No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma.

EVANGELIO

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

LECTURA EVANGÉLICA

Estamos llamados a vivir en la Presencia de Dios, porque Él nos llama, nos invita y busca mostrándonos el Camino que es Jesús. Él es quien nos lleva al Padre porque sus palabras son palabras de vida. Jesús dice que es el Pan de la Vida, el Alimento que necesitamos para crecer como hijos, y que recibimos en cada Eucaristía. Que al recibir a Jesús, Pan de Vida, descubramos también la grandeza y la dignidad de nuestra vida cristiana.


¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!


Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 41-52.

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?" Jesús respondió: "No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná del desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo."

ORACIÓN DE LOS FIELES

Porque nuestras fuerzas se acaben y porque confiamos en Dios Padre que nunca nos abandona, acudimos ahora a Él y le presentamos nuestras limitaciones, diciendo: ¡Escúchanos, Señor!

- Por la Iglesia que en la tierra trabaja en contra de la injusticia y defendiendo la vida de todos, para que no flaquee con el rechazo ni las dificultades. Oremos.

- Por quienes rigen los pueblos y las naciones, para que sirvan a las personas más humildes creando condiciones de vida digna y humana. Oremos.

- Por todos los que sufren abandono, soledad, injusticia, para que se sientan queridos por otras personas y recobren la fuerza y el ánimo necesario. Oremos.

- Por nuestra comunidad (parroquial), para que recibiendo a Jesús, Pan de Vida, nos comprometamos en la tarea de anunciar el Evangelio a los hermanos. Oremos.

Oración: Acoge, Señor, nuestra oración confiada. Por Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

El pan y el vino, Señor, son signos de nuestro trabajo diario y del Amor con que Tú nos quieres; son expresión de lo que necesitamos para vivir. Envía sobre ellos tu Espíritu y haz que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesús, Alimento para nuestra entrega y testimonio cristiano.

 

Prefacio

Llenos de alegría por tu Palabra, por tu llamada a la unidad y a la paz, te queremos alabar en este día y en esta fiesta; una fiesta que queremos llevar hasta nuestras casas, al trabajo, a la vida entera. Porque descubrimos que las diferencias sólo son legítimas cuando son expresión de los valores que Tú nos das y sirven para extender tu Reino. Porque sabemos que cuando no es así, y nos dejamos llevar por el orgullo y el creernos los mejores, provocamos violencia, odio e intransigencia.

Y porque en Jesús y en tantas personas buenas que viven en tu Presencia vemos que sí es posible la unidad, la justicia y la paz, te reconocemos como el que de verdad eres. Santo, santo, santo...

 

Oración final

Alegres y esperanzados por la celebración de la Eucaristía que nos ha unido, queremos Señor darte gracias y reconocer que estás a nuestro lado, empujando nuestra entrega y ayudando para que nunca nos venzan las dificultades. Haznos de los tuyos, Señor, haznos testigos del Amor que de Ti procede.

Ezkontzetarako

Ezkontzetarako