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DOMINGO 32º DEL TIEMPO ORDINARIO /B

DOMINGO 32º DEL TIEMPO ORDINARIO   /B

MONICIÓN INICIAL

 

Buenos días, hermanos. Sed bienvenidos a la celebración de la eucaristía.

Ser observadores nos puede convertir en alumnos, o también en mirones alcahuetes. Jesús observa, y aprende y enseña de lo que está observando, contemplando las circunstancias de cada día: las analiza y las interioriza.

¿Le sacamos algún provecho a lo que depositamos como limosna en la iglesia? ¿Lo consideramos echado a perder? ¿O expresa la generosidad que tenemos para con Dios y la confianza que depositamos en él? Hace falta ser auténtico necesitado para depositar la confianza en Dios. Y es esto justamente lo que vamos a celebrar...

 

CANTO DE ENTRADA

El Señor nos llama y nos reúne.

Somos su Pueblo, signo de unidad.

Él está en medio de nosotros:

sirve a la mesa, nos reparte el pan.

 

RITO PENITENCIAL

 

Nos volvemos al Dios que se fija en el humilde, pequeño, pobre..., para que se apiade de nosotros:

 

-Tú que convocas con misericordia al pecador, Señor, ten piedad.

-Tú que ensalzas al pequeño, al humilde, Cristo, ten piedad.

-Tú que derramas tu perdón sobre el arrepentido, Señor, ten piedad.

 

1Re 17, 10-16

 

¿Cómo miramos a quienes son más pobres, cuando los bienes escasean o las cosas no pintan bien? ¡Hace falta fe o confianza en Dios para saber socorrer en la propia necesidad! Escuchemos.

 

 

Salmo responsorial (Sal 145) -melodía-

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Hbr 9, 24-28

Vamos profundizando en el sacerdocio de Jesucristo. En él somos sacerdotes también nosotros. Esto es: estamos ofrecidos a Dios de una vez para siempre.

 

Mc 12, 38-44

La observación de Jesús no es la del curioso, la del alcahuete; sino la mirada que ensalza al pobre, al indigente, al humilde... Acojamos su palabra puestos en pie y cantando el aleluya.

 

ORACIÓN UNIVERSAL: Preces

Es precisamente la necesidad lo que nos hace dirigirnos a Dios o al prójimo. Presentemos, pues, nuestras necesidades ante Dios y ante los hermanos:

 

-Por la Iglesia: para que sea fuente de gozo y esperanza para el indigente, tanto en sus pastores como en los cristianos de a pie, roguemos al Señor.

-Por los necesitados que hay entre nosotros y en nuestro entorno: para que la necesidad no les lleve a la desesperación, sino a convertirse en aldabonazo en el corazón de los pudientes, roguemos al Señor.

-Por los que rigen los pueblos: para que presten atención al clamor de los necesitados y potencien campañas de solidaridad, roguemos al Señor.

-Por los adolescentes y jóvenes de nuestras familias: para que añoren no el dinero sino la ayuda y la solidaridad, siendo así portadores de paz, roguemos al Señor.

-Para que los que nos hemos reunido para celebrar la eucaristía confiemos no tanto en nuestras buenas acciones y prácticas religiosas, cuanto en la misericordia de Dios, y sepamos presentarle nuestra necesidades, roguemos al Señor.

 

Padre bueno y misericordioso: mediante la necesidad haces que nos acerquemos unos a otros. Concédenos la valentía de caminar en esa ruta. PJnS.

-Amén.

 

En la comunión

 

Pequeñas aclaraciones

1 Cuando el pobre nada tiene y aún reparte,

cuando un hombre pasa sed y agua nos da,

cuando el débil a su hermano fortalece:

Va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).

 

2 Cuando un hombre sufre, y logra su consuelo,

cuando espera y no se cansa de esperar;

cuando amamos, aunque el odio nos rodee:

Va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).

 

3 Cuando crece la alegría y nos inunda,

cuando dicen nuestros labios la verdad,

cuando amamos el sentir de los sencillos:

Va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).

 

4 Cuando abunda el bien y llena los hogares,

cuando un hombre donde hay guerra pone paz,

cuando hermano le llamamos al extraño:

Va Dios mismo en nuestro mismo caminar (bis).



 

 

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