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30º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO /B

30º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO   /B

 

Monición inicial

    Hermanos. Nuestra parroquia celebra algo especial en este domingo: han pasado 57 años desde que se consagró este templo. El hecho de la consagración nos hace suponer que era algo importante para los feligreses de entonces. El templo era su lugar de reunión, de intercambio de noticias mutuas, de ayuda mutua... Lugar de escucha de la Palabra de Dios y de la fracción del pan que fortalecía su familiaridad y les hacía responder a las necesidades del entorno.

    En nuestros días... ¿solo nos reuniremos para honrar a nuestros muertos? Que sea para nosotros también lugar de escucha de la palabra y de la fracción del pan que nos ayude a vivir comprometidos con nuestros tiempos.

 

Canto de entrada

El Señor nos llama y nos reúne.

Somos su Pueblo, signo de unidad.

Él está en medio de nosotros:

sirve a la mesa, nos reparte el pan.

 

 

Rito penitencial

    Dios puede revitalizarnos en su gran misericordia, si sabemos reconocer ante él nuestra miseria:

 

    -Tú que nos muestras la luminosidad de Dios, Señor, ten piedad.

    -Tú que sabes acercarte al necesitado, Cristo, ten piedad.

    -Tú que escuchas y respondes al necesitado, Señor, ten piedad.

 

Jr 31, 7-9

    El destierro puede resultar penoso, humillante, anulador; pero puede ser también ámbito de encuentro con Dios y con el prójimo. Y Dios sabe responder al grito del necesitado. Escuchemos.

 

 

Salmo responsorial

 

 

Hb 5, 1-6

    Esta lectura viene a despertar nuestra confianza en el sacerdocio de Cristo, y a estimular nuestro sacerdocio en él insertado. Escuchemos con atención y confianza.

 

Mc 14, 46-52

    Fijémonos en los detalles que el evangelista Marcos nos da para conocerle a Jesús y podamos ser sus seguidores. Acojámoslo con el canto del Aleluya, puestos en pie.

 

PRECES

    Puede que estemos alejados de Dios y de la Iglesia, perdidos en cumplimentismos, sin alegría de vivir la fe... Acudamos al Dios que nos ama, como lo hizo el ciego del camino, para que nos pueda sacar de nuestra situación de destierro:

    -Por nuestra parroquia: para que la amemos y la convirtamos en lugar de encuentro y oración, y nos haga seguidores de Jesús, roguemos al Señor.

    -Por los necesitados de nuestro entorno, los inmigrantes, marginados y aquellos que no cuentan para nadie: para que encuentren en nosotros hermanos que los acojan, roguemos al Señor.

    -Por los niños, adolescentes y jóvenes de nuestras familias: para que no los ofusque el dinero o la fama, y no tengan miedo de acercarse a Jesús, roguemos al Señor.

    -Por quienes nos hemos encontrado en torno a la mesa de la eucaristía: para que celebrarla nos lleva a amar esta parroquia y a convertirnos en ejemplo para nuestros pequeños y jóvenes, y en constructores de la paz, roguemos al Señor.

    Dios  Padre que nos amas como a hijos: haz que sepamos utilizar con corazón agradecido los bienes que nos regalas. Por Jesucristo nuestro Señor.

    -Amén.

   

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