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DOMINGO XIX DEL T. O. -B-

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


Monición inicial

Hermanos, somos hijos de Dios, hijos queridos, y nadie nos podrá quitar esta dignidad: por grandes que sean las dificultades, por mucho que se pisotee a las personas, siempre tenemos que defender la grandeza que Dios pone en cada ser humano. Para caminar y vivir, débiles como somos, el mismo Padre nos Alimenta con su Pan de Vida, con la Eucaristía en que Jesús se da para la Vida del mundo.

Al celebrar hoy la Eucaristía vamos a fijarnos y a tratar de descubrir la grandeza de este Sacramento, pidiendo que nunca hagamos de ella una costumbre, ni un rito vacío de vida, ni un refugio donde encontrarnos bien. Bienvenidos.

Canto de entrada

SALUDO

Dios Padre que nos llama a vivir en el Amor como Cristo Jesús nos amó, con la Fuerza del Espíritu Santo, esté con todos nosotros.

ACTO PENITENCIAL

Al comenzar esta celebración, y sabiendo que hay actitudes y comportamientos que nos separan a unos de otros y también de Dios padre, le pedimos perdón:

- Cuando vivimos con amargura y con ira, descalificando todo lo que hacen los demás. Señor, ten piedad.

- Cuando queremos que nos perdonen, pero no hacemos nada para perdonar a los demás. Cristo, ten piedad.

- Cuando nos seguimos a nosotros mismos, buscando el interés, el poder y el prestigio. Señor, ten piedad.

Oración: Dios del Amor, concédenos tu Gracia y Perdón. Por nuestro Señor.

Gloria a Dios en el cielo...

Oración colecta

Dios Padre que en tu gran Amor nos haces tus hijos queridos, y nos has dado la Fuerza del Espíritu para que vivamos siguiendo a Jesús; ayúdanos a buscar siempre lo que favorece la vida digna de las personas, la verdad y la paz, porque hemos sido creados para formar una Familia donde todos puedan sentirse queridos y respetados. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Con la fuerza de aquel alimento caminó hasta el monte de Dios

LECTURA NARRATIVA

Elías camina hacia el Orbe, huyendo de Jezabel. Se siente solo, perseguido y despreciado; pero mucho más, se siente incapaz de llevar adelante la misión que Dios le ha encomendado, y se desea la muerte, como una escapatoria. Al límite de su ánimo, sin fuerzas, el ángel del Señor le invita a comer para que recobre la esperanza y la fuerza. El camino seguirá siendo superior a sus fuerzas, pero Dios no le abandonará.

Lectura del libro primero de Reyes 19, 4-8.

Elías caminó por el desierto una jornada de camino, y fue a sentarse bajo una retama. Se deseó la muerte y dijo:"Basta ya, Yahveh! Toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres!" Se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come." Miró y vio a su cabecera una torta conocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió segunda vez el ángel de Yahveh, le tocó y le dijo: "Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti." Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches.

Salmo responsorial (Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9.)

R/ Gustad y ved qué bueno es el Señor.


Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza esta siempre en mi boca.
Mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.


Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias.


Contemplado y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.


El ángel del Señor acampa,
en torno a sus fieles y os protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a él.

SEGUNDA LECTURA

Vivid en el amor con Cristo

LECTURA APOSTÓLICA

Somos hijos de Dios y hemos sido marcados con el sello del Espíritu, de modo que nuestra vida tiene que estar en consonancia con esta grandeza: no podemos vivir de cualquier modo, sino tratando de seguir a Jesús, nuestro Maestro. Vivir según el Evangelio apartando todo mal, superando la limitaciones, perdonando y sirviendo. En definitiva:”vivir en el amor como Cristo nos amó”.


Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 4, 30- 5, 2

No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma.

EVANGELIO

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

LECTURA EVANGÉLICA

Estamos llamados a vivir en la Presencia de Dios, porque Él nos llama, nos invita y busca mostrándonos el Camino que es Jesús. Él es quien nos lleva al Padre porque sus palabras son palabras de vida. Jesús dice que es el Pan de la Vida, el Alimento que necesitamos para crecer como hijos, y que recibimos en cada Eucaristía. Que al recibir a Jesús, Pan de Vida, descubramos también la grandeza y la dignidad de nuestra vida cristiana.


¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!


Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 41-52.

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?" Jesús respondió: "No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná del desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo."

ORACIÓN DE LOS FIELES

Porque nuestras fuerzas se acaben y porque confiamos en Dios Padre que nunca nos abandona, acudimos ahora a Él y le presentamos nuestras limitaciones, diciendo: ¡Escúchanos, Señor!

- Por la Iglesia que en la tierra trabaja en contra de la injusticia y defendiendo la vida de todos, para que no flaquee con el rechazo ni las dificultades. Oremos.

- Por quienes rigen los pueblos y las naciones, para que sirvan a las personas más humildes creando condiciones de vida digna y humana. Oremos.

- Por todos los que sufren abandono, soledad, injusticia, para que se sientan queridos por otras personas y recobren la fuerza y el ánimo necesario. Oremos.

- Por nuestra comunidad (parroquial), para que recibiendo a Jesús, Pan de Vida, nos comprometamos en la tarea de anunciar el Evangelio a los hermanos. Oremos.

Oración: Acoge, Señor, nuestra oración confiada. Por Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

El pan y el vino, Señor, son signos de nuestro trabajo diario y del Amor con que Tú nos quieres; son expresión de lo que necesitamos para vivir. Envía sobre ellos tu Espíritu y haz que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesús, Alimento para nuestra entrega y testimonio cristiano.

 

Prefacio

Llenos de alegría por tu Palabra, por tu llamada a la unidad y a la paz, te queremos alabar en este día y en esta fiesta; una fiesta que queremos llevar hasta nuestras casas, al trabajo, a la vida entera. Porque descubrimos que las diferencias sólo son legítimas cuando son expresión de los valores que Tú nos das y sirven para extender tu Reino. Porque sabemos que cuando no es así, y nos dejamos llevar por el orgullo y el creernos los mejores, provocamos violencia, odio e intransigencia.

Y porque en Jesús y en tantas personas buenas que viven en tu Presencia vemos que sí es posible la unidad, la justicia y la paz, te reconocemos como el que de verdad eres. Santo, santo, santo...

 

Oración final

Alegres y esperanzados por la celebración de la Eucaristía que nos ha unido, queremos Señor darte gracias y reconocer que estás a nuestro lado, empujando nuestra entrega y ayudando para que nunca nos venzan las dificultades. Haznos de los tuyos, Señor, haznos testigos del Amor que de Ti procede.

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